11 Ene Soy un paciente crónico, necesito ayuda
La infertilidad es considerada según la OMS como una enfermedad crónica, pertenece a ese grupo de enfermedades de larga duración, cuya curación resulta difícil de prever o resultan incurables; y presenta reacciones emocionales que han sido igualadas a las que presentan pacientes con otras patologías crónicas graves (diabetes, Alzheimer, enfermedades cardíacas…)
Uno de los mayores temores es la incertidumbre que se asocia siempre a una enfermedad crónica, ¿qué me pasará?, ¿tiene tratamiento?, ¿será doloroso?, ¿es para siempre?, etc. Además, este tipo de enfermedades pueden forzar muchos cambios de estilo de vida potencialmente estresantes como por ejemplo, dejar de hacer actividades que disfruta (en el caso de la infertilidad el sexo suele dejar de ser espontáneo, se fuerzan las relaciones programadas, y a veces se limita por completo o se abandona, no se tienen relaciones), en ocasiones hay que reestructurar horarios para adaptarse a nuevas exigencias (visitas a médicos, toma de medicación, etc.) y en la mayoría de los casos, pagar medicaciones y tratamientos costosos, ya que el sistema sanitario cubre de manera parcial la casuística de estos pacientes.
Para muchas parejas, la incapacidad de tener un hijo puede ser vista como una tragedia, dado que la unión de expectativas personales, interpersonales, sociales y hasta religiosas genera una sensación de fracaso, pérdida, exclusión, frustración… esta situación vital excepcional que exige estrategias de afrontamiento concretas. Por regla general se suelen desarrollar experiencias depresivas (ciertas fuentes de placer dejan de serlo), se pueden dar cambios y reajustes en las relaciones interpersonales (no se frecuentan los amigos/familiares con hijos o esperándolos); y se plantean numerosos costes económicos que no estaban previstos (importante fuente de conflictos de pareja).
El apoyo emocional sirve para afrontar mejor la enfermedad por parte de la pareja y de su entorno. Conocerá las fases por las que pasará y será consciente de los recursos que tiene (o que le faltan) para contrarrestar los pensamientos y emociones negativas.
En estudios realizados con pacientes recientemente diagnosticados con diversos tipos de enfermedades crónicas, el mayor riesgo de síntomas depresivos se produce durante los primeros dos años. Además, la depresión se suele asociar con malos hábitos alimenticios, deterioro social, etc. que agravan el cuadro e impiden la recuperación. Por ello es muy importante saber con qué recursos se cuenta (personales, familiares, sociales, etc.) y sacar el mayor partido de ellos, así como aprender nuevas estrategias de afrontamiento.
Las parejas en tratamientos de reproducción asistida son un colectivo muy vulnerable a problemas psicológicos que pueden pasar por este momento de su vida con menos sufrimiento si tiene apoyo.
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