06 Nov Duelo de cierre
Algunos tratamientos de reproducción asistida no terminan bien, no se ha logrado la meta del embarazo y el hijo. Por distintos motivos la pareja o la mujer finaliza su camino reproductivo, pero no su vida.
Durante el tiempo en el que se ha intentado la reproducción han quedado por el camino muchas emociones positivas y negativas, mucho esfuerzo económico, personal, emocional y también mucha decepción, rabia e ira.
Las emociones son la base sobre las cuales construimos nuestro mundo, y si partimos de las emociones negativas lo que construyamos será sin duda negativo.
El dificilísimo camino de hacer el duelo final implica que la persona esté conectada con su mundo emocional y que tenga recursos para afrontarlo. No siempre se necesitará un psicólogo pero en ocasiones ayuda hacer ese camino guiado por un profesional.
Para que una persona le confíe su mundo emocional a un psicólogo se tiene que sentir preparada y el psicólogo debe ser respetuoso con sus tiempos (“sostener sin empujar”). Las personas que han pasado por un gran trauma (como no ser madres) tienen un gran miedo de volver a integrar sus pensamientos y sus emociones, revivir todo el camino es doloroso, tomar conciencia, verbalizar….
En terapia se tiene que conectar con ese dolor y tomar consciencia para construir nuevas perspectivas, mientras que ocurre ese proceso se libera el dolor acumulado y sobre todo se distingue pasado de futuro. La tristeza, el miedo y la rabia son las compañeras de viaje de esta primera etapa. Y hay que dejarlas espacio a todas.
El estado emocional en el duelo no es una progresión lineal, es más bien una adaptación constante a una montaña rusa emocional que no tiene lógica ni temporalidad, lo que hacemos es disminuir la intensidad y entender su propósito.
Por lo tanto es necesario para el que sufre aprender más acerca de su malestar, conocer sus síntomas, pero también aprender cómo es posible reducir los efectos y aprender nuevas estrategias de afrontamiento de la nueva realidad.
Durante la terapia la persona en duelo también utiliza mecanismos defensivos (no me pasa nada, estoy bien, lo pasaré, etc.), pero hay que tener en cuenta que su uso es temporal y adaptativo a la situación. Pasado un tiempo el psicólogo le ayuda a conectar con la realidad y a integrarla en su vida. En este caso, no tener hijos biológicos.
Los asuntos pendientes representan una fuente de malestar y ansiedad relativamente común para las personas en duelo. El objetivo de la terapia es cerrar los asuntos pendientes, hablar de lo ocurrido, cerrar heridas, hacer las paces consigo mismo
Por último, el psicólogo ayudará al paciente a planificar nuevas estrategias de vida (sin hijos), a renovar los lazos con el mundo externo y al mismo tiempo a reconstruir el mundo interno destruido.
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